“Cotufas en el golfo” es uno de los poemarios que Donbuk ha tenido el placer de publicar durante este 2015, su autor es Santiago Fernández Puche, un leonés que con su obra nos invita a iniciar un viaje por los rincones más bellos y conmovedores de la vida.

Hoy queremos conocerlo un poco mejor, descubrir a la persona que hay más allá del libro, y para ello hemos realizado esta entrevista.

-¿Desde cuándo hace que escribes Santiago?
-Con apenas diez años ya recuerdo que solía escribir pequeñas historias que leía a mi padre.También me encantaba redactar cartas. Recuerdo con mucho cariño el intercambio epistolar con un tío abuelo sacerdote (que seguiría cultivando de adulto como subgénero amatorio con la que es hoy mi mujer). En la pubertad, me encandiló un modesto libro de poemas ilustrado por la propia autora. Luego fueron la poesía y la prosa de los grandes escritores  las que mantuvieron con cierta serenidad en la zozobra adolescente al bachiller.

-¿Qué te inspira a la hora de sentarte a escribir?
-No sabría concretar. Todo puede influirte. La poesía es una experiencia de vida. Me inspira la prosa de un poeta y la poesía de un prosista, una noticia de periódico o una foto o un comentario en las redes. Prefiero los textos escritos a la vida social. Tal vez en contra de lo que se pudiera esperar, me interesan las ciencias sociales, el pensamiento y la divulgación científica. Me atraen desde la visión amplia que de la literatura posee el siglo XVIII a la concepción romántica y simbolista de la poesía, pasando por casi todos los que en el mundo han sido celebrados como imprescindibles y no se me cayeron de las manos. Y en definitiva, todo lo que llega escrito o no a mi orilla es un pecio útil para la reconstrucción del poema que aún no ha cobrado forma.

-Háblanos un poco de “Cotufas en el golfo” ¿Que podrá encontrar el lector en tu libro?
-Es una selección subjetiva de poemas escritos a lo largo de casi treinta años. Creo que es un libro distinto y un tanto extraño, pero también franco, íntimo, donde se pueden encontrar, por su largo recorrido en el tiempo, varios registros en cuanto al sentimiento, el  pensamiento  o el lenguaje poético. Pretende ser original sin obviar la tradición. Pero una cosa es lo que quieres y otra lo que te sale y lo que aprecien los demás. Siempre he pensado que la poesía es un arte inacabado que ha de completar el lector. Y cada cual le da su particular y única lectura. Por otra parte, su título lo hermana con la edad de oro de la literatura en castellano y es un homenaje a su obra cumbre. Y es que la poesía me ha permitido mantener la ilusión por lo que pareciese imposible y sentirme quijote sin complejos en un mundo de sanchos.

-¿Por qué escribes poesía? ¿Qué es lo que te da este género que no pueden hacerlo otros?
-Creo que la poesía me eligió a mí. Uno se siente más cómodo con una forma de expresión que con otra. Al igual que los grecolatinos, prefiero distinguir entre prosa y poesía. Y, aunque por mi formación académica tal vez debiera decir otra cosa, creo que las poéticas y los géneros están bien como disciplinas de aprendizaje, pero luego hay que simplificar el camino de la escritura. La madurez poética llega cuando se abraza sin complejos la libertad formal. Por mi parte, la poesía se adapta muy bien a la brevedad, al sentimiento, la ideología, las imágenes y el lenguaje literario que me son propios. Escribir un poema, incluso aunque haya sido fruto de un largo embarazo no deseado, en mi caso es una experiencia única con principio y final inmediatos. Los meandros de la prosa exigen esfuerzos que no estoy dispuesto a afrontar.

-¿Cómo ha sido la experiencia de publicar tu primer libro?
-Siempre he sido muy exigente con mi poesía. Con tantos grandes poetas, yo me veo como un pequeño vate de provincias. Pero el inexorable paso del tiempo me ha hecho pensar que, después de décadas leyendo y escribiendo, debía responder a una especie de imperativo propio de quien se siente parte de una universal república de las letras. Esta es la modesta aportación que algunos de los que me conocen han celebrado casi más que yo. Otros muchos se han sorprendido de esta faceta poco pregonada en un mundo donde todos están prestos a contar cualquier insignificancia relativa a su vida o de la vida de los demás. Vaya por ellos.

-¿Y de publicar con Donbuk Editorial?
-Respecto a mi experiencia editorial, he de decir que Donbuk ha hecho posible el sueño de publicar con profesionalidad y rigor y estoy encantado con ellos. Tal vez la poca pasión que muestro por tareas propias de la presentación y difusión de mi libro me haga un autor no muy deseable por poco comercial. Me disculpo de antemano por ello y les doy las gracias por todas las atenciones que tienen conmigo.

-Háblanos de tus proyectos futuros como escritor.
-Esta pregunta pareciera acercarme a un parnaso que se me antoja poco alcanzable. Es cierto que para ser escritor realmente solo hay que escribir. Pero  también que para formar parte del mundo literario o del negocio editorial la cuestión es bien otra. Hay mucho de mi puño y letra y casi tanto a lo que  no concedo dignidad literaria.Tengo escrito un libro de poemas que es el eco de un viaje por Egipto. Otro de sonetos siempre inconcluso. Y en vivo y en directo y otro que se va escribiendo con dispar fortuna en wattpad. Estoy en pleno repaso de los poetas “viejos” que me emocionan y en asombroso descubrimiento de los “jóvenes” que buscan con fuerza su hueco fundamentalmente en Internet. Y como el primero al que quise, siempre procurando distinguir “las voces de los ecos”.